“LA VOZ HUMANA”, de Jean Cocteau

Poeta, dramaturgo, novelista, cineasta… Jean Cocteau fue uno de los artistas más versátiles y representativos de las vanguardias francesas de la primera mitad del siglo XX. Tratando de resumir en pocas palabras lo esencial de su creación, podría decirse que son constantes en su obra su capacidad para penetrar en lo más hondo de sus personajes, su ingenio agudo y su facilidad para convertir en normal lo insólito.

Y así, en 1930, los espectadores de la Comedie Française, acostumbrados a admirar, cuando el telón se levantaba, los grandes decorados de las obras clásicas, quedaron estupefactos cuando, el día en el que se estrenó “La voz humana”, al iluminarse el escenario, lo que vieron fue una cama y un teléfono. Una mujer, sola en escena, hablaba con su amante que cobraba vida, a través de la voz de ella.

Desde entonces este famosísimo monólogo fue representado, en teatro y en cine, por grandes actrices: Edith Piaff, para quien Cocteau escribió el texto (¡Increíbles coincidencias!: Ambos murieron el mismo día, un 11 de octubre de 1963); Margarita Xirgu, en el Ateneo de Madrid, poco antes de la guerra civil española; Amparo Rivelles, en montaje de José Carlos Plaza o Cecilia Roth, dirigida por Gerardo Vera. Y en cine Ingrid Bergman, Ana Magnani, Carmen Maura (en “La ley del deseo” de Almodóvar a quien este monólogo de Cocteau le inspiró también el arranque de “Mujeres al borde de un ataque de nervios”),

En nuestra versión de “La voz humana”, interpretada por la actriz sevillana Emma Rowe hemos intentado transmitir, sin estridencias, procurando no melodramatizar nada, el dolor, el miedo, la incertidumbre hasta la angustia de una mujer abandonada que sabe que el hilo de un teléfono es lo único que le une al hombre al que ama y que si esta última conversación se interrumpe lo habrá perdido para siempre.

Pienso que la esencia de lo teatral no es otra cosa que la paradoja de Cocteau referida a sí mismo: “Yo soy una mentira que dice siempre la verdad”. Eso, para mí, es el teatro; simplemente un actor, una actriz, que desde el escenario es capaz de mentir haciéndonos creer que dice la verdad. Carlos Álvarez-Nóvoa

foto Rafael Carmona

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